Los 14 restos óseos encontrados en el presunto crematorio ubicado en los límites de Iztapalapa y Tláhuac son de origen animal, específicamente de la especie canina, y ninguno corresponde a personas, confirma Ulises Lara, encargado de despacho de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Agregó que las cenizas tampoco corresponden a humanos.
La negación de la presunta fosa y crematorio clandestino en las inmediaciones del volcán Xaltepec surge tras un análisis con binomios caninos, georadares y drones.
De acuerdo con el encargado del despacho de la Fiscalía de CDMX, el lugar está cerca de un pueblo que es de acceso fácil, por lo que concluyó que no es una zona en la que sea posible cremar cuerpos, sin que nadie lo note. Además, el humo y el olor, al ser una zona abierta, podrían poner en alerta a la población; asimismo, el fuego no se mantiene a la misma temperatura durante el tiempo que se requiere para quemar un cuerpo y debe alcanzar de los 760 a mil 150 grados centígrados, explicó.
Además, ofreció agotar todas las líneas de investigación y acudir al llamado de colectivos de madres buscadoras, esfuerzos sumados a este análisis que tuvo lugar en cinco hectáreas donde no hay cámaras de vigilancia.
El funcionario junto con Pablo Vázquez Camacho, secretario de Seguridad Ciudadana, ofrecieron un mensaje a medios al terminar la jornada exploratoria del predio, aunque adelantó que seguirán las revisiones.